Sombra, Gala, Cucha esos son los nombres

Nuestra gata Gala, alias Sombra ó Cucha

Esta es una historia de aquellas que nos pasan sólo a nosotros.

Hace un tiempo tenemos una gatita que nos acompaña, es de Daniel y la historia es muy linda. Es hija de una gata de un buen amigo de mi hijo, él se llama Mateo, es compañero de curso de Daniel.

Un día cuando nene fue a almorzar a la casa de Mateo presenció el nacimiento de los gatitos y de inmediato eligió uno, el más lindo y de nombre le puso sombra porque es toda de color negro, con las 4 patitas blancas, una máscara en la cara y una mancha que cubre toda su guata, es preciosa además de muy cariñosa y juguetona.

Cuando la Gala tenía más o menos 4 meses y ya empezaba a salir de casa, fuimos unos días de vacaciones a Quintay, le encargamos el Perro, Negra y el gato a Alejandra, nuestra vecina del frente. Ella amablemente se preocupó de darle comida y agua a nuestros animales.

Volvimos a casa un día Lunes y el gato no apareció, el Martes tampoco, menos e Miércoles, buscamos en internet información y pensamos que estaba en su primer celo y que volvería pronto, pero Daniel estaba tan triste que nos motivo a colocar avisos en las calles para ver si la encontrábamos. Hicimos unos afiches y junto a la Anto fuimos a pegarlos cerca de casa, además visitamos a todos nuestros vecinos para saber si la habían visto, muchos la vieron y la conocían ya que es muy amigable, teníamos varias pistas para seguir.

Al rato sonó el teléfono y una señora que resultó ser una vecina nos dijo que la gata hace 5 días había llegado a su casa y había jugado con sus hijas, cuando se entraron la gata las siguió metiéndose por la ventana y como a ella no le gustan los gatos la subió al auto y la dejó tirada en un sitio baldío como a 10 cuadras de nuestra casa.... plop!!!!

La sorpresa fue mayúscula, pero lo peor estaba por venir, la señora me dice, se notaba que era una gatita de casa, estaba muy bien cuidada, con su pelaje precioso y más encima es muy sociable y cariñosa... !!!!!QUÉÉÉÉÉÉÉÉ!!!!

Mi pregunta fue inmediata, pero entonces ¿Por Qué la abandonó?, ¿Por Qué la tiró lejos?, la respuesta era simple, definitivamente le faltan neuronas o de verdad no está ni ahí con los animales.

Ahí comenzó la búsqeda, durante el día y la noche, nada, nada, nada, estuve varias noches hasta las 2 o 3 de la mañana buscándola, pero nada, la encargamos a los conserjes de varios edificios, (muy buena onda todos ellos) a maestros de la constru, incluso nos llamaron para decirnos que la tenían pero que querían un rescate por el gato, a lo que accedimos, finalmente el gato secuestrado era blanco, tenía una mancha negra y como 10 años, chanta, chanta, chanta...

La búsqueda se extendió por casi 10 días y nada, colocamos nuevos carteles, en la zona en la que se supone la abandonaron, pero nadie llamaba... ya estábamos resignados, pensando en la historia que le contaríamos a nuestros hijos para salir del paso cuando un Sábado muy temprano suena el teléfono;

- hola (con un acento extranjero)

- hola, respondo

- usted está buscado un gatito pequeño

- sí, se nos perdió hace días

- parece qe está en mi casa, ha llegado hoy en la mañana

- cómo es? pregunté

- me parece que es el suyo, está jugando con mi hijo en la cocina

- dónde vive usted

- en Cerro el Yungue.

Es una calle muy cercana a lugar del abandono y que días atrás había recorrido, fui inmediatamente a ver si era, la sorpresa fue mayúscula al ver a nuestra gata muy flaca, con algunas heridas y en brazos del pequeño de aquella casa.

Debo reconocer que casi me pongo a llorar cuando me la pasaron, volví a casa y la alegría de todos era tremenda, estábamos felices por haberla recuperado después de tantos días.

Les cuento una cosa, la noche anterior, cuando ya no habían esperanzas, estaba durmiendo a Daniel en su cama y él muy triste me dice que le quiere rezar a su ángel de la guarda por su gato, solito comenzó a rezar y le pidió que le ayudara a encontrar a su gatita, yo no soy religioso y la verdad que ya o tenía esperanzas, pero mi hijo me dío una lección de fé.

Pancho Borie