viernes, 25 de enero de 2008

Nuestras nuevas bicicletas



Al empezar el 2008 hemos logrado uno de mis más ansiados sueños, tener en mi poder una GT Pro Series Nueva.

Desde pequeño que me gustó esa maldita bicicleta, a principio de los años 80´s eran muy escasas, en todo el norte recuerdo que había 2 niños con GT´s, uno tenía una Mach One pero la otra era una bacan, no recuerdo bien el modelo pero seguro que era Pro Series, su dueño era un chico de apellido Korlaet, no recuerdo su nombre.

En aquellos años tener una GT´s era como tener un Audi A4 del año para andar por la ciudad, todas las bmx eran muy caras, más bien carísimas. Las marcas que más se veían eran Mongoose, Redline y GT pero después de algunos años apareció la Bianchi Trampo, todo un clásico de los años 80, con masas Sountur selladas las que tenían conos que se apretaban con una llave allen, esas masas eran increíbles, el marco era italiano entero de Cromo-moligdenol un lujo para la época, las primeras eran de color marfil, luego vinieron las de colores más chillones como verdes y narajas fosforesentes.

Yo tenía una cleta excelente pero chancho, que mi papá me fue armando al paso del tiempo.

La historia fue así, primero andaba en una bici marca CIC de paseo, en Chuqui buscando saltos, hacíamos acrobacias o simplemente nos servía como medio de transporte, y muchas veces, pero muchas veces bajábamos a Calama, bajar era entretenido el problema era subir, para lograrlo hacíamos dedo a las camionetas de Codelco, eran unas Chevrolet C-10 de color amarillo con un tremendo número en negro pintado en la parte posterior.

En Calama era más entretenido, era plano y había un poco de vegetación, en la noche jugábamos al paco ladrón en cleta, era increíblemente entretenido y el terreno de juego era toda la villa exótica, de día o en las tardes nos íbamos al río Loa, esos paseos eran buenísimos, teníamos 9, 10, 11 años años y salíamos a las 2 pm y volvíamos a las 6 y no pasaba nada, , en los potreros y caminos de tierra inventábamos saltos, nunca usamos un casco o guantes y con unas zapatillas... uuuufffff la más bacan era Power.

Que tiempos inolvidables, haber nacido y crecido en el desierto, haber vivido en Chuqui y Calama en los 70`s y 80`s fue para mi una verdadera aventura diaria y lo agradezco día a día.

Fui pendejo, pelusón, roto, cochino, lleno de tierra, me agarre a combos muchas veces, pegué, me sacaron la chucha, me enamoré, me mandé muchas cagas, pero fui libre, verdaderamente libre.

Luego de la notable cleta CIC, que se me quebró en la primera pista de calama, mi papá nos llevo a Cicles Miranda, la mejor tienda de la ciudad ahí nos compró unos marcos Sparcom, Spartacom, algo así era el nombre, su cualidad es que eran de fierro, 100% puro fierro. El mio era rojo y recuerdo que le pusimos calcomanías de Kuwahara.

Primero mi Papá le cambió las bielas, por unas de Aluminio, luego la Tee, después el Manubrio y las llantas, eran super anchas pero de aluminio con unas masas bien charchas.

Pero cuando empezó la competencia Antonio Borie, mi Padre, era el más fanático de todos nosotros, ¡como le gustaba al hombre el bicicros!, hubo un momento en que comenzó a enchular las bicicletas solito, no había que pedirle nada, a Marco le compró una Trampo filete y a mi me compró el cuadro Tange y varias piezas para ir armándola, en corto tiempo tenía una super bici, solo le faltaban las llantas.

Pero... en 1983 el 29 de Junio en mi cumpleaños, eran las 7 de la tarde y ya habían llegado mis amigos y amigas para la fiesta cuando mi papá me llama y me lleva al taller de la casa, no podía creer cuando vi la bici, tenía las más lindas llantas Araya de 1/8 con sendas masas selladas Sountur, quedé loco y ahí mi Papá la suelta...

- No se te vaya a ocurrir decirle a tu mamá que estás ruedas son nuevas, si no me mata, vos callao mira que ni se va a dar cuenta de la diferencia.... con los años entendí.

Agarre mi super bicicleta y fui a dar una vuelta, el problema es que me fui al chancho estuve más de 1 hora andando por Chuqui y en mi casa estaban todos menos el festejao, cuando llegue me levantaron de una pata en el poto.

Esa es la historia y ahora les presento la GT Pro series Junior de Daniel y mi GT pro Series 24, la de Papá.